Cerabella ha lanzado cuatro colecciones cuyo diseño ha sido inspirado en viajes exóticos, historias trepidantes y sueños veraniegos para iluminar las noches de verano con una luz mágica y especial.

Diferentes modelos de velas que van más allá de la decoración, pues te sumergirán en un paseo por una isla paradisíaca de la Polinesia con nuestro modelo NoaNoa, en un viaje a la prehistoria con nuestro modelo Ammon, en una aventura submarina por el mediterráneo con Uris o en una escapada fugaz al vergel más salvaje de Tahití con Tanaura, además de otras mil aventuras condensadas en distintos modelos de la nueva colección.

Un golpe de mar, de sal y de sol. El mediterráneo más auténtico imprime su carácter en Uris, algo más que un viaje hacia el corazón de la Costa Brava. Una aventura y un sueño de verano en búsqueda de erizos de mar -o Uriços-.

De la mano de Cerabella, Uris nos sumerge en el universo marino y nos transporta hacia este rincón privilegiado del mediterráneo donde el viento, el mar y la tierra moldean a su antojo una naturaleza a todas luces sorprendente. Un homenaje al mar y las personas que, como un tesoro oculto, lo llevan dentro.

Uris se compone, por un lado, de la pantalla con la forma del erizo de mar y por el otro, de una vela elegante y de formas sinuosas que encaja en su interior. Al prender la vela, empieza un espectacular juego titilante de luces y sombras. Esta vela interior es intercambiable por lo que, una vez consumida, se puede sustituir manteniendo intacta la escultura.

Una innovadora propuesta decorativa disponible en seis colores y tres tamaños que permiten adaptarse a diferentes espacios y estilo, pudiendo combinarlos entre sí multiplicando sus posibilidades decorativas.

Tanaura es una vela libre, alegre y terrenal. Inspirada en la imponente naturaleza de Polinesia, Tanaura es una de las novedades de esta temporada capaz de transportarnos a los exóticos vergeles de Tahití.

El alma de esta original serie es una vela de exterior en un recipiente de terracota decorado con un fresco estampado floral pintado, aplicado a mano en cada una de las piezas. Sus formas vegetales evocan al término tahitiano “tanaura’a” del que ha tomado su nombre y que significa jardín de flores.

Tanaura sorprende tanto por fuera, con su delicada puesta en escena decorativa, como por dentro, gracias a la combinación de bambú y citronela que envuelve el ambiente en una suave y refrescante brisa que nos transporta a un edén único en el mundo.

Naturaleza pura y sin artificios. NoaNoa posee la elegancia de la sencillez más arrebatadora y el desnudo más sugerente. Una colección que recoge la admiración que sintió Paul Gaughin cuando descubrió la isla de Tahití -fascinación que jamás abandonó- moldeada en una colección de velas únicas.

NoaNoa es pureza, inocencia y belleza en su máxima expresión entre frescas y dulces notas de gardenias, las flores con las que las mujeres tahitianas decoran su melena y que son la base aromática de esta colección. Una fragancia que nos transporta desde sus cristalinas y turquesas aguas hasta los exuberantes parques y jardines de la gran avenida Bruat en la isla del Pacífico por la que tanto paseó el pintor francés.

De nuevo el universo marino es el escenario a través del que Cerabella nos coge de la mano para llevarnos a un viaje al origen de la tierra. Un ser mitólogico, un objeto ancestral repleto de misticismo en su hipnótica silueta en forma de espiral inspirada en los característicos fósiles prehistóricos de los ammonites.

La vela Ammon descansa sobre un pedestal, discreto pero contundente, que convierte esta vela en una escultura capaz de atraer todas las miradas. Un elegante e imponente tótem que concentra magia, luz y organicismo en diferentes colores, perfecto para dotar de vida cualquier estancia.