Cuenta la leyenda cómo un árbol brotó de las cenizas de una gran ciudad, sus hojas recordaban a las alas de las mariposas y la brisa dibujaba su vuelo al acariciarlas. El árbol de la esperanza, Ginkgo Biloba, creció y comenzó a vestir de color la gris ciudad de Hiroshima.
Coincidiendo con la conmemoración de nuestro 160º aniversario, en Cerabella hemos querido condensar el espíritu de este magnífico árbol en esta nueva vela. Un modelo que motiva a seguir creciendo, coger impulso para brotar aún con más fuerza.
Esencias verdes y cítricas se mezclan suavemente como notas de salida de su perfume, un corazón floral con acordes de hojas frescas de té aporta su espíritu vibrante y como toque final, un fondo intenso amaderado y almizclado culmina esta enérgica fragancia.