¿Por qué conformarse con una vela cuando con un conjunto de ellas puede obtenerse una sinfonía de luces y sombras? Eso es lo que pretende la colección Anaga: crear un escenario luminoso, suavemente colorido y con reminiscencias mediterráneas para iluminar de manera orgánica estancias en pausa.

La colección, creada por Helena Rohner junto con Cerabella, es fruto de una delicada búsqueda de cada una de las piezas que, combinadas, con su gama de tonalidades rosa magnolia, verde oliva, agua, arena, marrón o amarillo limón, forman una única y mágica composición.

¿Por qué conformarse con una vela cuando con un conjunto de ellas puede obtenerse una sinfonía de luces y sombras? Eso es lo que pretende la colección Anaga: crear un escenario luminoso, suavemente colorido y con reminiscencias mediterráneas para iluminar de manera orgánica estancias en pausa.

La colección, creada por Helena Rohner junto con Cerabella, es fruto de una delicada búsqueda de cada una de las piezas que, combinadas, con su gama de tonalidades rosa magnolia, verde oliva, agua, arena, marrón o amarillo limón, forman una única y mágica composición.